De los restos del cuaderno de bitácora del
general Archibald O’gare.
Por lo que dice la cerebrito Awashima, hoy
debe ser 25 de octubre de 2028. Cosa que no parece importar demasiado a bordo
de una nave espacial que lleva cuatro años surcando el espacio.
Nuestra flota está compuesta de 28 cruceros
de guerra que fueron probados en la órbita de Venus. Suponían dos tercios de la
flota de la humanidad cuando dejamos la Tierra, asumo que actualmente la Tierra
ya dispondrá de más naves de guerra.
Son naves espectaculares: los cañones
frontales de una sola reducirían a escombros toda la Costa Oeste de Estados
Unidos en menos de una hora.
Han sido posibles gracias a la tecnología de
los “centauros estelares”. Dijeron que querían estudiarnos y ayudarnos,
¡Menudos idiotas! En cuanto quedó probado que podían morir y que se movían por
las esferas de poder como unos lerdos, los poderes políticos y económicos se
los comieron.
No por ello negaré que Awashima tiene razón
en una cosa: fue una indignidad tratar de aquella forma a quien vino en son de
paz a ayudarnos, los interrogatorios a los que fue sometido Quirón violaron
todas las convenciones sobre derechos humanos y, aunque es correcto que Quirón
estaba fuera de esas convenciones al no ser humano, eso fue digno de condena.
Más aun cuando un cerebro como Richiardo
acabó en la cárcel por querer denunciarlo a la opinión pública.
Pero ahora eso ya no importa. Nuestra flota
se dirige al planeta natal de los centauros estelares con órdenes de destruir
sus defensas y conquistar el planeta. En teoría es un ataque preventivo para
evitar represalias por como fuero tratados los representantes, pero a mí no me
engañan: los gerifaltes quieren explotar el planeta, sacar de él el oro o el
petróleo.
Awashima contempla esto con horror, pero sus
temores sobre lo que nos espera en el planeta de los centauros estelares me
parecen infundados. Que sepamos, estas criaturas son seres pacíficos que hace
tiempo que han olvidado todo sobre la guerra, si es que en algún momento
llegaron a saber algo.
No me gusta, pero es lo que hay. Pronto, los
centauros estelares descubrirán el tremendo error que cometieron al intentar
ayudarnos.
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